La naturaleza y sus procesos se hallan en el basamento conceptual de esta serie, en la que la abstracción evoca sugerentemente formas reconocibles. Fecundaciones, germinaciones, floraciones, crecimientos ondulantes, van descubriéndose en el entramado de curvas, redondeces y otras reminiscencias del mundo vegetal —e incluso, de la fauna y de la figura humana. La subjetividad de la artista emerge libremente en estas imágenes casi surrealistas, que nos recuerdan los paisajes oníricos de Tarsila do Amaral, o la intensa mirada del entorno natural que tuvo Georgia O’Keeffe.